“No hay edad para cumplir los sueños”

La vida es una sola y hay que vivirla. Los sueños que quedaron pendientes de la juventud por razones económicas, se pueden realizar de grande cuando esos impedimentos quedan en un segundo plano. Además si el pedido lo hace un nieto, es casi imposible decirle que no. Quizás por todo eso Pantaleón “Panta” Caballero aceptó la solicitud de su nieto Martín Becker Caballero y a los 62 años se subió por primera vez a un karting para correr la cuarta fecha del Misionero de Karting como invitado de su nieto.

 

“Mi nieto empezó a correr este año en karting y como la cuarta fecha era con invitados él no tuvo la mejor idea que invitarme”, recordó entre risas.

“Primero le dije que no, y él me preguntó si yo tenía miedo. Yo le dijo ‘no, no tengo miedo, para mí es un sueño, porque toda mi vida fui a las carreras de auto’. Desde la época de que se corría en Parada Leis y me iba a ver los duelos con los chaqueños. Hace diez años que trabajo en las carreras como gomero y correr era una cuenta pendiente”, agregó.

 

Sobre la carrera del domingo el popular Panta contó: “El único miedo que yo tenía era que se me parara el karting en la largada porque nunca largue de parado. Así que eso practique bastante fuimos a Alem a girar, después probé en Posadas y el domingo tenía mucha adrenalina”.

Y siguió relatando “largué bien por afuera y las dos primeras curvas las hice bien, cuando llegue a la tercera me tocan de atrás y veo que el karting se me da vuelta. Por suerte estaba bien protegido con el cubre costilla y un protector cervical. Y cuando paro de dar vuelta yo no quería que se me apagara el motor porque quería seguir, cumplir con mi nieto. Y no pasaron diez segundo que viene la gente y me dice que me acueste, que me acueste y yo quería seguir y ahí recién veo que se había roto dos ruedas. Y me puse a llorar por no poder cumplirle a mi nieto, ahí no me dolía nada”.

El lunes con los dolores lógicos del golpe, recibió llamados de todos los piloto misionero y de amigos de todo el país. Pero hubo uno que lo sorprendió. “Vino Carlos De Ley y me dijo que no me quería ver más arriba del karting y que siga corriendo y me regaló su Fiat 600 para seguir corriendo y que cumpla mi sueño. Yo no lo podía creer. Ahora me voy a sentar con mi familia para ver que hacemos”, contó feliz.

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